Estábamos…
Lentamente tu lengua, entre mis labios se hundía
mientras yo, flotando por el firmamento... ¡ardía!
Vibraron mis labios con tus sentidas promesas
mientras tus traviesas manos, -por mi consentidas-
jugaban entre mis muslos, a las escondidas
Las mías...recorrían tu cuerpo caprichosas...
Traviesas te provocaban quejidos gozosos
haciendo estremecerse a mis senos, de ti ansiosos.
Mi deseo te acuna si te pierdes en ellos.
¡Por saciar tú ardiente sed, se conservan tan bellos!
Con derroche de placer la noche nos cobijo.
La luna muy celosa al amanecer nos dejo
y la luz del alba amándonos nos encontró.
Nos quiso obsequiar con sus destellos de alabastro
y aun recordando, y muy tiernamente entrelazados
comprendíamos que... ¡estábamos enamorados!
María Sena.
(Del año de la 'picor')
No hay comentarios:
Publicar un comentario